miércoles, 8 de agosto de 2018

Patriada blusera

La Mississippi
En Salta hay un loco, de esos locos lindos, soñadores, que quiso organizar el festival de blues más grande la provincia, de todo el NOA. Y lo hizo. Tal vez el resultado desde lo económico haya sido malo para él, pero desde el punto de vista artístico logró reunir en el Teatro Provincial de la capital provincial, a bandas de la talla de La Mississippi, Memphis, Nasta Súper, Vudú y solistas como Deborah Dixon y el guitarrista estadounidense Josh Smith. El responsable de esta patriada blusera se llama Fran Molins, de apenas 29 años y saxofonista de una banda local. Aunque cueste creerlo organizó todo solo, con alguna ayuda de sus amigos y unos pocos sponsors que contribuyeron con algo de dinero.

“Fran es un soñador. Y se lanzó a concretar su sueño. Él hizo sus números y le cerraba. Pero yo le advertí: ´Hijo con tantos productores de shows que hay en la provincia ¿por qué ninguno organiza algo así? No debe ser tan fácil’”, me dijo su padre, también llamado Francisco, pero al que todos llaman Pancho, un reconocido comerciante salteño.

El festival Aires de Blues fue un monstruo de cuatro cabezas: unos 60 pasajes aéreos, alojamiento, traslados y comidas para todos los músicos. Tres fechas en el inmenso teatro con capacidad para 1500 personas, ubicado sobre la calle Zuviría, frente a la plaza 9 de Julio, la principal de la ciudad. El viernes 3 de abril se realizó la primera fecha, que contó con Memphis la Blusera como show principal y antes tocaron los jujeños de La Vilca Band, y los créditos locales Bigotones y Perro Ciego.

La Catedral Basílica de Salta
Con Gabriel Grätzer llegamos el sábado a la mañana para presentar el libro Bien al Sur-Historia del Blues en la Argentina. Viajamos en el avión junto a Josh Smith, el productor Mariano Cardozo, todos los músicos de Nasta Súper y de la banda de Deborah Dixon. Al llegar al hotel, sobre la calle Córdoba, nos cruzamos con El Ruso Beiserman y Gustavo Villegas, que estaban preparándose para regresar a Buenos Aires. Salta respiraba blues. Pero nosotros, antes de sumergirnos en el océano musical del festival, hicimos lo que toda persona que está en sus cabales tiene que hacer cuando llega a esa provincia: comer unas empanadas. Con Grätzer fuimos al Patio de la Empanada, frente a la peña de Valderrama, y pedimos un surtido de carne, queso y pollo. Cada una a 9 pesos. Ricas y baratas. Mejor imposible. Por la tarde fuimos al moderno edificio de Swiss Medical, y en el auditorio del tercer piso, presentamos el libro. No vino mucha gente, pero los que fueron se mostraron muy interesados en el libro y se dio una linda charla. Llevamos Bien al Sur bien al norte (de la Argentina).

Deborah Dixon
Tras un descanso obligado fuimos al teatro para la segunda fecha del festival. Primero se presentaron los chicos de Perro Suizo, que vinieron desde Rosario, y luego Fran Molins y Dale Mecha Brass Orquesta, en una explosión rock y funk que combinó músicos salteños con cordobeses bajo la batuta musical de Richard Nant, de la Bomba del Tiempo. Más tarde subió la reina Deborah Dixon, acompañada por Juan de la Cruz Ramos en guitarra, Patán Vidal en teclados, Mauro Ceriello en bajo y Alejandro Dixon en batería. Presentaron su proyecto Walking blues, que incluyó un repertorio con clásicos del blues, el soul y el rock como The thrill is gone, Knock on Wood y Route 66.

Rafael Nasta y Josh Smith
El cierre de esa noche estuvo a cargo de Nasta Súper, que mostró la solidez de siempre apuntalado por la precisión de la rítmica voraz que conforman Mauro Ceriello y Gabriel Cabiaglia, la frescura del hammond de Walter Galeazzi y los punteos siempre eficaces y penetrantes de Rafa Nasta. El final de su show tuvo a Josh Smith como invitado. El guitarrista californiano mostró una técnica exquisita a la hora de interpretar clásicos como Paying the cost to be the boss y Crosscat saw, y también se lució en un duelo fenomenal con Rafa Nasta en un slow blues. Smith tocó una guitarra diseñada especialmente para él, similar a una Telecaster, y utilizó una pedalera muy compleja. Si bien es un gran guitarrista, arriba del escenario no es muy expresivo, reflejo de su personalidad retraída.

Cerro San Bernardo
El domingo, con los músicos Nasta Súper y Mariano Cardozo fuimos a conocer el Museo de Alta Montaña (MAM), donde están las momias de los niños incas que fueron sacrificados, y luego hicimos un paseo en teleférico hasta el cerro San Bernardo, que tiene una imponente vista de la ciudad, y luego fuimos a un asado con el resto de las bandas en el playón de la familia Molins. Por la noche llegó la tercera y última fecha del festival que incluyó cinco shows: los locales Farlaine Rockets y Los Kuervos, con una impronta más rockera; El Viejo Truco, puro power blues de La Rioja; y el vértigo de Vudú, la tremenda banda rosarina que levantó al público y lo dejó listo para el gran cierre.

A las 23:30 se corrió el telón por última vez y La Mississippi apareció en escena con todo su arsenal blusero. Comenzaron con El dieciséis y durante una hora interpretaron muchos de sus grandes clásicos -Blues del equipaje, San Cayetano, Café Madrid, Mala transa y Un trago para ver mejor- y dos covers: Post Crucifixión (Pescado Rabioso) y No obstante lo cual (Riff). Como siempre, Ricardo Tapia volvió a demostrar que es el número uno arriba del escenario y los demás músicos, que con el paso del tiempo cada vez tocan mejor.

Fran Molins (saxo)
Aires de Blues cumplió desde lo artístico y eso es lo que siempre recordarán en Salta. Fue uno de los eventos musicales más importantes que se hicieron en la provincia, pese a que el público no acompañó masivamente. En su Facebook, Fran Molins escribió: “Intenté dar lo mejor. Hasta donde pude, con lo que pude. Larga vida al blues. Aires de Blues Salta fue un sueño que difícilmente se vuelva a repetir. Pero el agradecimiento para todos los que formaron parte será eterno. Y sin dudas, éste fin de semana quedará para siempre”. Tan mal le fue económicamente que hasta puso en venta su saxo para empezar a saldar la deuda.

Carlos “Pirimpimpin” Geniso, que había sido baterista de Avalancha, perdió una fortuna cuando trajo por primera vez a la Argentina a B.B. King en abril de 1980. Pero logró recuperarse, volvió a traerlo en la década del noventa varias veces y hoy es uno de los productores de shows más importante de Sudamérica. Cuando Fran Molins pueda recomponerse y evaluar todo lo que pasó seguramente volverá a planear el próximo festival Aires de Blues. Porque está en su esencia, porque es un soñador y porque ama la música.

4 comentarios:

Tesira Tellerías dijo...

Genio, Martín!! Que se venga el AiresIII!!! LA VERDADERA REVOLUCIÓN ESTÁ EN LOS SUEÑOS, o no?

Fran Molins dijo...

Muchas gracias Martín Sassone por la nota! Y nuevamente a todos los que hicieron posible la Segunda Edición de Aires de Blues Salta.

Unknown dijo...

Impresionante puesta en escena. Un grande Fran Molins y su flia mi hablar. Ojalá se conozca La ésta música

Matias Aguado dijo...

Muy buena reseña Martin! Por muchos más soña...hacedores como Fran Molins!!