miércoles, 11 de marzo de 2009

Frenesí parkeriano

Hace unas semanas leía las aventuras de Dean Moriarty y Sal Paradise en la novela "En el camino", de Kerouac, cuando, entre líneas, se coló el maravilloso mundo del be bop. El nombre de Charlie Parker apareció de inmediato. Juani Sixto (master en periodismo, fana del jazz, viaja en el Roca) me recomendó una serie de tips para llenarme la cabeza de Parker en pocos días.

A sus sugerencias sumé algunas perlas que tenía guardadas en casa y empecé. "El Perseguidor" es uno de los cuentos de Cortázar que está en "Las armas secretas". In memorian Ch. P. Sé fiel hasta la muerte, reza a modo de prólogo. En el cuento Charlie no es Charlie, sino que es Johnny y el narrador es Bruno, crítico de jazz y amigo del saxofonista. Un cuento (más que cuento es una novela corta) para nada sencillo, donde Cortázar se introduce en las profundidades de la personalidad del músico y su compleja relación con la vida. "... a mí me perseguía desde hacía varios meses una historia, un cuento largo, en el que por primera vez yo me enfrentaba con un semejante". Brillante.


Para mechar la prosa de Cortázar con un poco de música, puse uno de los primeros cd’s que me compré. Ahora, que los años han pasado, ya no compro recopilaciones, pero antes sí lo hacía. La tapa del disco sólo dice: “Charlie Parker. Compact Jazz”, del sello Verve. La calidad del sonido es excelente. Se trata de grabaciones de 1948 a 1953, en las que el saxo de Parker está acompañado por monstruos como Miles, Monk, Gillespie, Max Roach y John Lewis. Qué puedo decir a esta altura de las interpretaciones de Bloomdido, Lover man, My little suede shoes o Now’s the time. Bueno, si alguno tiene adjetivos más originales que excelente, maravilloso, memorable o genial que me avise.

Tengo pocas películas en DVD, pero por suerte tengo Bird. La había visto hace muchos años. Tantos que ni me acuerdo, como me pasa con la mayoría de las películas que vi hace muchos años. Muchos, ¡eh!. La actuación de Forest Whitaker es muy buena, el film está bien ambientado y sabiendo el amor demencial que tuvo, tiene y tendrá Clint Eastwood (el director) por el jazz no caben dudas de que es una buena semblanza.

Volví a la discoteca porque quería escuchar algo más. Bird & Diz. Impresionante (con este adjetivo no aporto nada, lo sé). Mis vecinos deben haber vacilado en tocarme el timbre porque el volumen del equipo estaba desquiciado. An Oscar For Treadwell y Mohawk los deben haber enloquecido. Finalmente no lo hicieron, el timbre esa noche se mantuvo virgen y yo escuché el disco como se debe: a un volumen desquiciado y saboreando un Doña Paula Malbec Estate. La armonía de ese vino con la música es casi orgiástica. A Charlie y Chan (la madre de sus hijos) creo que les hubiera gustado compartir una botella de ese malbec.


Faltaba algo más. Una lectura más. Entonces Juani, que debo admitir que se pasó con sus consejos, mencionó con mucho entusiasmo, tanto entusiasmo que creí que desvariaba, Be-bop de Christian Gailly. "¿De quién?", le pregunté. "Gailly, un escritor francés que es un heredero del nouveau roman", me respondió. "Espero que sea barato", le dije. "Es barato", me contestó. Y era barato. Apenas 28 pesos. Para un libro, nada mal. Salvo por una breve interrupción el fin de semana, me lo devoré. “Pienso, se dice, que tal vez sea mejor copiar a un genio como Charlie (Parker), antes que intentar ser un genio y no lograrlo, continúa, y seguir siendo un mediocre, en otras palabras, más vale ser el sosías de un genio que ser un don nadie, ¿en otras palabras?, quiero ser Charlie o nada”.

Para cerrar este frenesí parkeriano, Juani me pasó un disco de tres jóvenes iluminados del jazz actual: Roy Hargrove, Christian McBride y Stephen Scott. Hicieron un tributo a Parker que es admirable. El nombre no es muy original pero si representativo: Parker’s Mood. Ahora estoy terminando con todo esto y vuelvo al viejo y querido Bird. Me voy escuchando Confirmation. Preparo el sacacorchos y un Ciclos Malbec. Saco la copa. Después sigue Night and Day… podría ir pensando con que seguiré después… Parker me lleva a Miles. Miles, a Coltrane. Coltrane, a Ornette… y así, hasta el infinito.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Loco, genial. A ver con qué salís en la próxima.

Anónimo dijo...

¡Excelente! Me gustó mucho, muy original.
hablando de Cortazar, a este le encantaba el jazz y la musica clasica. Recomiendo un Cuento llamado " Reunión", donde compara situaciones con una pieza de Mozart.
Un nuevo Blog para poner en favoritos

Anónimo dijo...

Muy bueno !!!